2/23/2006

Edith

Edith es una chica como todas, bueno no es precisamente una chica normal, alta, delgada, cabello rubio con una anatomia exquisita, ninfomana empervenida (en cierta ocacion fornico con el que se creyo el adolecente más afortunado sobre la faz de la tierra), instruida en las mas finas artes del fetish en fin una enciclopedia andante de porquerias sexuales pero al final de su vida, encontro a un ente aun más deprabado que ella.

Con lagrimas en los ojos y acariciando un escapulario que tenia en el pecho -Dios, por favor ayudame- una voz muy tenue suplicaba.

-Gime, grita, has lo que quieras, nadie vendra por ti- dijo una voz tranquila y baja.

Solo se oia a Edith balbucear lo mismo una y otra vez lo mismo. Ella solo pensaba como habia podido haber quedado en esa situación, amarrada, amordazada y violada por una jauria de hombres en celo, hambrientos de su carne blanca y tersa y simplemente satisfaciendose su deseo mas primitivo. ¿Como?¿Como?¿Como?... ella se preguntaba y respondiendose a ella misma pensaba "no habiera aceptado esa invitación", pero ya era demasiado tarde, lo demasiado como para usar el hubiera. Es acaso que tengo miedo de la muerte, si, eso es siempre le he tenido miedo.

UNAS HORAS ANTES

Como siempre Edith estaba esperando casar algun galan para someterlo toda la noche y para en la mañana despojarlo de todas sus pertenencias, ella era algo asi como una sucubus cazando, entonces vio a una victima facil (eso penso en ese entonces) un desadaptado social, -¿como lo habran dejado pasar?- macullo ella. Se acerco y le dijo - hey vaquero te quieres divertir un rato- el chico nadamás la miro y al contrario de lo que Edith esperaba muy calmadamente dijo -Depende de que tipo de diversion- no prestando mucha atencion a su respuesta, ella bajo su mano hacia el bulto de los pantalones del chico y el simplemente de tajo sujeto la mano que lo acariciaba - muy bien, vamonos de aqui-. Subieron a un auto nada modesto, se dirigieron a la zona más pussy de la ciudad y llegaron a una casa estilo tudor con inmensos jardines Edith solo pensaba: ya la arme.
Entraron a la casa, ella solo tenia la intencion de ver que era lo más valioso que podia robar y excusandose dijo - tengo que ir al baño... ¿donde esta?- el contesto - subiendo mano derecha- Edith tomandose su tiempo, solo se dedico a ver que podia robar. Pero al bajar no puro prevenir lo que venia, una mano le tomo con un paño la cabeza tratando de asfixiarla con cloroformo, manotazos desesperados, se nubla todo, un vomito negro la hace sucumbir y duerme, duerme profundamente.

Despierta en un cuarto oscuro, con las manos amarradas, desnuda yace en el suelo. En eso el tipo que la engatuzo entra y dice -ya se lo que querias hacer, querias fornicar conmigo para despues usar esto en mi- enseñando un pequeño frasco de color ambar oscuro -pero te equivocaste de persona- Le arroja el frasco en la cara, cae al suelo y se rompe incrustandose algunos fragmentos en la denuda piel, gemidos y alaridos sofocados por una mordaza se oyen en el cuarto. -No lograras nada llorando- dijo el tipo y salio del cuarto.

En la oscuridad recuerda la primera ocacion que hizo el amor, o al menos ella se engaña diciendo eso, inocente e ingenua niña de 12 años tratando de ser ladrona, apagadas quedaron sus intenciones al ser descubierta por el dependiente de la farmacia. -Deberia llamar a la policia- dijo en un tono muy severo. Se detuvo a pensar -Deberia llamar a tus padres- Tomo un trago de vodka y dijo -Pero no lo hare si tu haces algo por mi, tu sabes esto es algo que nos beneficiara a los dos yo no le digo nada a nadie y tu me ayudas con algo más- ella accedio, nunca hubiera permitido en su inocente persepsion de las cosas que se enterara su familia de que era una ladrona. El dependiente (José), un tipo gordo, calvo, con una barba espesa y mal razurada plasidamente puso el anuncio de cerrado, subieron a un cuarto de servicio, ella no sabia de que se trataba todo solo oia al hombre con una respiracion agitada, en eso pepe empiesa a acariciar de manera poco moral a la chiquilla y ella reusandose gritó -¡No! suelteme- pepe exalando e inhalando de una manera en la que un hombre que no ha tenido relaciones en mucho tiempo solo puede hacerlo respondio- Quieres que tu familia se entere, puedo hablar a tu escuela para que se enteren alli también- en eso las lagrimas de la chiquilla recorrieron sus mejillas al mismo tiempo que pepe metia la mano por debajo de su vestido, acaricia un triangulo de negro bello, ralo en su mayoria -Con que ya eres una mujer- sube su mano hacia un par de gemelas apenas en crecimiento, da un beso en el cuello de la chiquilla y esta nada más se queda quieta tratando de no llorar mas y piensa "No puede ser, esta es mi primera vez, no, no ¡NO!, no puede ser asi de cruel" Pepe tomando su papel de benefactor de la dulce niña, despoja de sus prendas a Edith, despues la mira y se quita su ropa también. "¿Que es eso?" penso al ver el diminuto pene de Pepe, inchado solo alcanzaba la longitud de 10 centimetros, en reposo ni a los 4 llegaba.

-Chupalo- Ordeno Pepe, como vio el gesto de desagrado en Edith, le tomo por atras de la cabeza e introdujo su falo en la boca de la niña, a los pocos segundos un torrente de semen invadio la garganta de Edith y casi vomitando empieza a derramar lagrimas en parte por esa desagradable experiencia y por otra parte por seguri pensando en que esa era su primer vez, Pepe aunque ya habia eyaculado, aun tenia erecto su muñon en eso tomo con rudeza las piernas de la escualida muchachilla, acoplando su pene en la vagina de ella, cual granada aplastada salio un chorro de sangre de los interiores de la inocente. Habiendo acabado esas atrocidades sale huyendo de ese fatidico lugar. Despues de eso jamas volvio a ser la misma niña carismatica, su inocencia habia sido cambiada por una cajetilla de cigarros.

MI VIDA HA SIDO UN DESPERDICIO

Se repetio eso hasta que ya los labios cuarteados tuvo, en eso entro aquel extraño individuo, ni conosco su nombre, penso ella. El hombrecillo no venia solo, un grupo de fenomenos (por asi llamar a un conjunto de desadaptados, marginados en la sociedad de su preparatoria) le acompañaban, uno de ellos traia un maletin como los de los medicos, lleno de instrumentos de obstectria e instrumentos de tortura. Los gusanillos empiezan a acariciar las partes privadas de su cautiva, ella recordando aquel repgunante recuerdo solamente contiene sus lagrimas para demostrar que no esta asustada y uno de ellos le pregunta al que consiguio la presa -¿Va a ser como la vez pasada?- solo se oye un si seco, -Entonces esta listo el incinerador- otro si casi ahogado se oye.


Transcurren las horas, un cuerpo inherte situado en el piso de un sotano, una escena salida de un libro de Sade, los gusanillos sasiaron su sed de carne, incluso haciendole nuevos orificios donde la naturaleza jamas penso ponerlos para que fueran copulados. -Ahora podras descanzar- dijo el verdugo que le dio final a su vida -Jamas nadie te extrañara, jamas nadie se acordara de ti-.

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