3/24/2007

Mi pekeña sodomita

Luego de un plática dominguera y unas copas de buen absinth casero estábamos muy inconcientes.

-Métemela, métemela por el culo -

Lo que hice sin pensarlo, con precisión de cirujano, ella gimió y grito, araño muebles y blasfemo en mi nombre, yo era su dios y ella mi diosa, unidos por el placer y el dolor. Yo obedecía todo lo que ella me decía y ella todo lo que decía éramos amos y esclavos uno del otro. Estaba tan caliente que quise que me la mamara y le pedí, rogué y ordené.

-Pero me la acabas de sacar de mi culito-

Yo se la acerque a sus carnosos labios y ella sin titubear obedeció, succiono y lamió toda mi verga.

Al día siguiente se estaba muriendo de gastroenteritis y yo aun estaba jarioso, mi rayo/falo de luz iluminó su cara y la sacó de la cama